jueves, 31 de mayo de 2012

Jeroglíficos anatolios (Edad del bronce)


Tras ser descifradas en el siglo XX, las lenguas anatolias permitieron validar ciertas hipótesis relativas a la evolución del protoindoeuropeo formuladas por los lingüistas de finales del siglo XIX, en particular el análisis estructural propuesto por Ferdinand de Saussure:

Todas las lenguas indoeuropeas hasta entonces conocidas tenían tres géneros: masculino, femenino y neutro. Los especialistas estimaban que se trataba de una derivación de un sistema más antiguo en el que funcionaba una distinción entre lo animado y lo inanimado. El descubrimiento del hitita-nesita confirmó esta hipótesis: esta lengua conservó el viejo sistema. Existe, en efecto, en las lenguas anatolias el genus commune (animados) y el genus neutrum (inanimados).

Como las raíces indoeuropeas estaban normalmente constituidas sobre unas consonantes alrededor de las que articulaban una o varias vocales alternantes (a la manera de las raíces semíticas), una hipótesis consideraba que cada raíz debía comenzar por una consonante, cosa que no ocurre, a menos que supongamos la existencia de una consonante inicial que habría enmudecido en todas las lenguas. Suponer su existencia permitía poner las bases de un sistema más coherente. Tras el desciframiento del hitita, se dieron cuenta de que, justamente, esta lengua había conservado dicha consonante. El sistema supuesto se veía entonces confirmado. Por ejemplo, podemos comparar el hitita hawi- (con laringal inicial) con el latín ovi-s: los dos significan "oveja".

De manera similar, las lenguas indoeuropeas conocen alternancias vocálicas muy frecuentes que, tal y como adivinara Saussure, provienen, de hecho, del enmudecimiento de una laringal, que puede colorear una vocal en contacto y hacerle experimentar un alargamiento compensatorio. Este fenómeno, llamado teoría de las laringales se ha atestiguado en varias ocasiones, gracias al descubrimiento de las lenguas anatolias. Cabe resaltar que Saussure tuvo la intuición de estas laringales (sin llegar a la conclusión de que se trataba de consonantes), a las que llamó coeficiente sonántico. Más tarde, inspirándose en gran manera en el funcionamiento de las lenguas semíticas, fueron denominadas con el nombre de schwa (término propio de la gramática del hebreo). Hoy el término laringal es el más frecuente.
Además de estas características arcaicas, las lenguas anatolias poseen igualmente un cierto número de trazos evolucionados. En particular, el número de casos de su declinación es de cinco, mientras que el protoindoeuropeo se reconstruye tradicionalmente con ocho. La reduplicacón de monemas es otro de los trazos distintivos de estas lenguas.

Por otra parte, la asociación tradicional de lenguas centum con el grupo occidental y de las satem con el oriental dejó de tener sentido con el descubrimiento de las lenguas anatolias (y del tocario). Esta familia no puede clasificarse como centum o satem, pues contiene ambas características. Como ejemplos:

centum: griego kéras < PIE *kerw- > hitita karawar, "cuerno"
satem: sánscrito sruva < PIE *kerw- > luvita jeroglífico zurni, "cuerno"
satem: latín equus, sánscrito as'vas < PIE *ekwos > luwita azuwa- > licio esbe, "caballo"

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